El mercado de la industria de la alimentos es enorme y tiene muchas opciones, “colores y sabores”.
Existen las empresas líderes que cuentan con instalaciones de clase mundial que operan bajo protocolos de calidad, seguridad e inocuidad y que siempre buscan entregar al cliente un producto seguro que no le cause daño a nadie.
En el otro extremo están las empresas que operan desde el “infra mundo” sin cumplir con los mínimos requisitos de Ley y que ponen en riesgo a los demás sin importar las consecuencias para la salud pública.
Este tipo de empresas tienen muy limitadas sus opciones de crecimiento puesto que las personas o negocios que adquieran sus productos tienen que convivir con el mismo nivel de irresponsabilidad, de falta de compromiso y de tendencia a violar o a no cumplir con la Ley.
Por el contrario, las empresas que aspiran a crecer en forma sostenida en el mercado, tienen que alinearse con los requisitos y lineamientos globales como los que indica GFSI. Las organizaciones más grandes del mundo y los negocios de alimentos más importantes de cada país por lo general cuentan y cumplen con estos protocolos y por lo tanto sus proveedores tienen que estar en la misma sincronía, por eso exigen que para tener negocio con ellos primero hay que cumplir con la Ley y posteriormente certificarse.
¿Para qué sirve certificarse?
- ¡Hoy certificarse es un requisito para permanecer en el negocio!
- Permite abrir oportunidades de crecimiento con otras empresas.
- El proceso contribuye para tener mejores instalaciones y para formar equipos entrenados y comprometidos con el negocio.
- Contribuyes a la salud pública cumpliendo con la Ley.
¡Nos tenemos que certificar! encuentra más información en el siguiente video: