Imagen pública – La marca más importante eres tú

En el mundo de los negocios los clientes nos ayudan a tener utilidades, es por eso que son  ellos los que tienen la última palabra sobre el mensaje que transmite tu imagen pública.

En el mundo globalizado en el que vivimos hoy cada vez es más frecuente compartir espacios físicos o virtuales con personas de todo el mundo. En estos tiempos es mucho más sencillo explorar, conocer y tener contacto con personas de distintas nacionalidades, géneros, religión, gustos e incluso preferencia sexual.

El tema de la “diversidad e inclusión” es algo muy importante en muchas organizaciones que operan en distintos territorios debido a que es un factor que puede unir o desestabilizar por completo a los equipos de trabajo. La gente hoy aspira a mayor libertad, más flexibilidad y demanda más respeto y atención sobre sus intereses personales.

Si bien todo eso es muy rescatable, en el mundo de los negocios no hay que olvidar que el fin último por el que estamos ahí es por los clientes que nos ayudan a tener utilidades, y son precisamente ellos los que tienen la última palabra sobre el mensaje que transmite nuestra imagen pública.

Individualmente o en forma colectiva cuando se opera detrás de una marca o bajo en nombre de una empresa todo lo que decimos, todo lo que hacemos y todo lo que no hacemos emite un mensaje similar al de un sonar, donde a veces hacemos eco y en otras ocasiones simplemente no escuchamos nada… ¿Porqué será?

Bien, cada quien es libre de pensar, expresarse y vestir como sus ideales, creencias y valores lo indiquen, pero nuevamente en el mundo de los negocios más vale tomar en cuenta lo que piensa o lo que puede llegar a pensar mi mercado meta o mis posibles clientes.

Si soy una persona física con actividad empresarial dedicada a ofrecer servicios profesionales como podrían ser: Médicos, Abogados, Dentistas, Asesores, Consultores, o bien si soy una persona que desempeña un oficio como: Estilistas, Jardineros, Mecánico, Técnicos de mantenimiento a domicilio, etc. la marca más importante que me representa soy yo mismo. ¿Crees que importe como vistas, qué accesorios personales o de trabajo portes o tu higiene personal? Desafortunadamente hemos de decirte que la respuesta es SÍ, por lo que esos pequeños “simples detalles” pueden ser la causa de que vendas y te recomiendan, o de que te quedes estancado viendo como los prospectos se van sin entender porque no te compran a ti…

Como emprendedores a veces es fácil justificarnos diciendo que es nuestro negocio, y que no hay departamento de recursos humanos que dicte la política de vestimenta, que no tienes lana para comprar ropa elegante o que digas “total voy empezando”, cuando deberíamos comportarnos no como la empresa que quizás seamos hoy, sino como la empresa que aspiramos a ser.

  • Viste para hacer negocios: ¿Significa que me tengo que poner saco, corbata, vestido o traje sastre? Nop, el punto es saber qué ropa será la más adecuada para que mi cliente perciba credibilidad y confianza sobre el producto o servicio que le estoy ofreciendo. Si visitar o recibir a un prospecto en jeans funciona, adelante. Si se requiere pantalón de vestir y camisa, adelante. Incluso si shorts y tenis lo hacen bien (a lo mejor eres un instructor de deportes) super. No te pongas lo que te gusta y lo que tú sientes cómodo, usa el vestuario adecuado para salir a escena y llevarte los aplausos. Por mucho que estemos en el siglo XXI hay reglas culturales, estilos comprobados y modelos clásicos que puedan ayudarte a encontrar el camino.
  • ¿Se necesita mucho dinero y usar marcas caras para tener una buena imagen pública? Nuevamente nop… Muchas veces es más cuestión de buen gusto, que de dinero. Sin duda la recomendación es que compres la mejor calidad que puedas, por ejemplo – Si vas a cerrar el contrato del año, ¿lo vas a firmar con una pluma mordida o que casi no pinta?, o ese super contrato firmado lo vas a colocar en un folder sucio o lo vas a meter en un portafolio todo maltratado? Piensa en lo que tu cliente puede llegar a pensar por el simple hecho de no tener ni esos pequeños detalles en control.
  •  Congruencia: Imagínate que llega a verte una persona que dice que representa a “La firma #1 del mundo” y de entrada llega tarde. Luego su auto tiene golpes y se ve que no la ha lavado en días. Es más te asomas por la ventana y trae toda una colección de accesorios aventados como cepillos, vasos de cafe del desayuno, periódicos y volantes de la calle. Como sea, finalmente lo recibes y arriba despeinado por las prisas, no se lavó los dientes porque se le hizo tarde y comió en el coche, zapatos sin bolear, manchas en el pantalón por comer mientras manejaba, camisa arrugada, saco que se le va a caer el botón… amen! ¿De verdad crees que refleje ser de la firma #1? En un caso como este no sólo su imagen personal es un asco, sino que también repercute sobre la reputación de la marca que representa, que basta con que uno de sus integrantes no la honre de una forma congruente para que el daño se empiece a expandir.

Ya no comentemos de lo que encuentren tus clientes en los perfiles de tus redes sociales, o en los comentarios que haces. Cuida tu imagen pública, es tuya y vale mucho…

Rodrigo Calderón
Executive Coach
ebena, Soporte Empresarial, S.C.
ebena.mx
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T. +52 (55) 6281 8028
Skype: ebenasoporte
@rcalderon74

 

photo credit: agroffman via photopin cc

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