Seguridad basada en el comportamiento

El comportamiento de las personas es el factor fundamental para lograr el éxito de cualquier programa de seguridad dentro de las instalaciones y áreas de trabajo.

Uno de los grandes retos que viven todos los responsables de plantas, oficinas, almacenes, oficinas y áreas de trabajo en general es lograr la instalación de programas que permitan garantizar la seguridad. Incluso muchas organizaciones han sido capaces de desarrollar políticas, procedimientos y programas muy avanzados, pero aun suceden incidentes que  reflejan nuestra vulnerabilidad. Y es que aunque los programas en el papel se muestran muy robustos, todos ellos tienen presente un componente humano que puede ser la rendija que provoca el incidente.

Bajo la premisa de que todos los incidentes (o accidentes como aun se les llama) pueden ser prevenidos, es fundamental entender que mientras siga habiendo personas involucradas, hay todo un universo de personalidades y comportamientos que pueden inclinar la balanza hacia un ambiente seguro, o bien todo lo contrario… pueden generar las condiciones más peligrosas.

Cuando se habla de toda esta gran suma de personalidades y comportamientos no estamos hablando únicamente de los ayudantes generales, operadores y personal directamente involucrado en las tareas, hablamos también de la consciencia o de la negligencia de los ejecutivos, directores o gerentes que ven a la seguridad como un tema de poca relevancia y por lo tanto no les importan las condiciones en las que la gente trabaja día a día para ganarse la vida.

Cada uno de nosotros en nuestro hogar, en nuestro lugar de trabajo y en la vida misma reflejamos qué tanto nos importa la seguridad a través de lo que decimos, lo que hacemos y lo que no hacemos, es decir la seguridad está íntimamente relacionada con nuestra forma de ser.

Envasar en casa un líquido limpiador en una botella vacía de refresco, sin quitarle la etiqueta es algo muy común y es reflejo de una cultura de “ahorro mal entendido” e incluso de flojera. Nosotros decidimos no comprar un repuesto del líquido para la botella original, o preferimos no ir a comprar una botella nueva con tal de no gastar. Si un niño le da un trago creyendo que es refresco (porque conoce la etiqueta), ¿que salió más caro, la consulta del doctor o haber comprado una botella nueva? Cuando vamos manejando y suena el celular, podríamos decidir usar un manos libres u orillarnos para tomar la llamada, pero preferimos hablar manejando aunque sabemos lo que puede pasar. Esas buenas o malas decisiones que tomamos son la frontera entre que no pase nada y que pueda suceder algo grave, todo originado por nuestro propio comportamiento.

Por eso instalar un programa de seguridad basada en el comportamiento puede ser de gran ayuda para lograr lo siguiente:

  • Reducir lesiones mediante la revisión y análisis de tareas y actividades.
  • Disminución de costos relacionados con IMSS (primas de riesgo, incapacidades, ausencias)
  • Mejora en la comunicación entre el grupo.
  • Incremento en la consciencia sobre seguridad.
  • Fortalece la observación y la prevención.
  • Incentiva el liderazgo enfocado en la seguridad.
  • Mantiene alerta al equipo sobre actos y condiciones inseguras.
  • Promueve una cultura de seguridad.
  • Permite involucrar a todas las personas de la empresa, no sólo al área de Operaciones.
  • Refleja el compromiso de la Dirección.

¿Cómo podemos ponerlo en marcha?

  • Comprometiendo a la Dirección y a todo el equipo de liderazgo de la organización, para contar con su respaldo. Deben estar dispuestos a destinar los recursos necesarios para poder  operar el programa.
  • Entrenando y educando a todo un equipo multidisciplinario que se encargue de realizar los recorridos y documentar las observaciones.
  • Fomentado un sistema de retroalimentación positiva, no punitivo y que evite culpar / señalar.
  • Rebasando las fronteras de las líneas de mando o del organigrama. Todos somos responsables de la seguridad dentro y fuera del trabajo.
  • Impulsando la observación constante.

¿Cuáles son los principales retos?

  • Vencer la inercia de falta de interés entorno a la seguridad por parte de la gente.
  • Mantenerse abiertos para “observar” con todos los sentidos las actividades en las instalaciones.
  • Desarrollar un método sincero que permita realizar las entrevistas y las investigaciones con tacto y profesionalismo.
  • Evitar perder el ánimo. Se requiere operar el sistema al 100% por al menos 3 meses para lograr sembrar la semilla para el mañana. Después habrá que analizar los resultados y trabajar por 3 meses más para empezar a ver cambios.
  • Definir objetivos y realizar reuniones semana a semana para registrar los avances.

Al arranque del programa de seguridad basada en el comportamiento, es muy natural que las personas de las áreas operativas sean las primeras en creer y hacer suya la iniciativa. Esto se entiende puesto que con frecuencia estas posiciones son las que están mayormente expuestas a riesgos y peligros en sus actividades y centros de trabajo. Lo más difícil sin duda es involucrar a las personas que están en las áreas administrativas como: Ventas, Finanzas, Contabilidad. No porque enfrenten peligros menores, simplemente porque por o general no tienen muchos entrenamientos en seguridad, y por lo tanto sus sentidos y su comportamiento tiende a estar alejado. Incluso no te extrañe que muchos piensen que todo esto es una exageración.

Siendo la seguridad un hábito y no un tema de prioridades que dicta el negocio, el mercado o el estado de resultados de la organización, los mejores candidatos para apoyar el programa saldrán de forma natural o se incorporarán conforme vayan entendiendo el proceso.

¡Mucho éxito con tu programa y que tengas un día seguro!

Rodrigo Calderón
Executive Coach
ebena, Soporte Empresarial, S.C.
ebena.mx
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photo credit: Rennett Stowe via photopin cc

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