La correcta administración del tiempo evita la decepción y desilusión del día a día. De ti depende el que pertenezcas al selecto grupo de personas que duermen de corrido y que se levantan con una sonrisa porque saben que hoy tendrán un día ideal…
Quién de nosotros no ha pasado por la tradicional reacción de odiar el despertador cuando suena en la mañana para recordarnos que hay que levantarse para experimentar nuevamente la insoportable rutina donde la cantidad de trabajo crece sin parar, donde no hay tiempo libre a veces ni para comer en paz, y donde al final regresamos a casa sintiendo que lo mejor del día es que ya se acabó… Nos vamos a dormir decepcionados por lo mucho que se hizo y lo poco que se logró y resignados a que mañana esto puede ser igual.
Este ciclo de sentirse decepcionado por trabajar duro y desilusionado porque aquello parece no tener fin, nos debe llevar a reflexionar que siguiendo por ese camino no llegaremos a ningún lado y que sin duda existen formas de salir de ahí. Tus días no tienen por qué ser miserables, no tienes que sacrificarlo todo diariamente y tampoco es sano creer que el mundo no puede ser distinto para ti.
La luz en el camino es aprender las reglas básicas de la administración del tiempo. De hecho es la llave maestra para lograr un buen balance de vida que te permita tener crecimiento profesional al igual que mantener una vida sana para ti, tu familia y tus amigos.
- Mantenerse en forma: Debes hacer un alto en el camino para recordar que el cuerpo que tienes es para toda la vida, así que por favor cuídalo. Justificar que no comes bien, que no haces ejercicio o que duermes poco porque tienes mucho trabajo, es como decirte a ti mismo que no te importa tu salud y que estás perfectamente dispuesto a asumir las consecuencias. Si quieres rendir más, aprende y disciplínate a cuidar la maquinaria más preciosa que tienes y dale mantenimiento permanente con buenos hábitos de vida. Si de verdad quieres tu cuerpo, demuéstralo todos los días…
- Desarrollo: Con cuerpo y mente sana, estás listo para entrar al campo de batalla. Enfócate siempre en atender lo IMPORTANTE y no sólo lo URGENTE. Asigna prioridades a tus tareas, atiende las necesidades de tu equipo y de tus clientes, supervisa el negocio y no caigas en la tentación de desviarte de tus objetivos y metas por eventos de importancia menor. Ten un sólido plan de trabajo, que si bien no es una camisa de fuerza, te ayudará a controlar las desviaciones y a regresar siempre al curso definido.
- Distracciones: Aquí está la fuente de muchos de los problemas. Juntas inútiles, llamadas no planeadas, interrupciones ilimitadas, quizás tengas un Jefe autocrático que no te deja ni respirar, o estás rodeado de un equipo inmaduro que espera que los lleves de la mano y que les soluciones la vida mientras tu escritorio continua almacenando pendientes, chamba y más chamba. Además de estos factores externos, piensa si no te la pasas contestando cuanto mail te llega, si te encanta ser “el campeón de las redes sociales” subiendo, leyendo y comentando todo lo que pasa por ahí o si cada vez que vas al baño o por un cafe, esto se torna un vuelo con escalas en vez de un eficiente pasaje redondo.
Una recomendación básica es tomar una hoja y pensar que vives en el mundo perfecto y que tienes la oportunidad de definir tu agenda semanal ideal. Empieza por fijar horarios para levantarte, para comer sanamente, para hacer ejercicio, para estar con la familia y amigos y para descansar. Esto será la batería que cargue tu motor cada día.
Después viene la parte ruda de ver cómo puedes acomodar tu trabajo o tu vida laboral en esos espacios que quedaron abiertos. Es probable que empiecen los conflictos por traslape de agendas, pero es ahí donde viene el análisis fino de determinar prioridades buscando un balance entre el tiempo que es para ti y el tiempo que es para trabajar.
Al final tendrás una agenda de bloques con espacios definidos, lo único que falta es tener el carácter para defender tu semana ideal. Depende de ti el permitir que se frustre o que pertenezcas al selecto grupo de personas que duermen de corrido y que se levantan con una sonrisa porque saben que hoy tendrán eso… un día ideal.
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