Emplearse o despertar el espíritu emprendedor

La educación tradicional es capaz de otorgar herramientas y conocimientos para la vida laboral, sin embargo emprender demanda mucho más que sólo eso…

Durante muchos años han existido dos tipos de personas en el mundo laboral. Están los que logran colocarse en alguna empresa ya constituida y que están decididos a hacer carrera profesional buscando movimientos verticales para ascender en el organigrama; y por otro lado están las personas que se mantienen convencidas de llevar a cabo una idea o un proyecto y que vemos que tienen un espíritu emprendedor.

La educación tradicional por lo general se enfoca en brindarnos conocimientos teóricos a lo largo de al menos unos 20 años de nuestras vidas, y esto puede favorecernos mucho si tuvimos la fortuna de tener buenos mentores, buenos maestros y lograr buenas relaciones con compañeros y amigos; pero de ninguna forma puede garantizarse que los que sacaron 10 vayan a ser empresarios o empleados exitosos. Claro que ayuda el haber sido un buen estudiante, pero ¿porqué el que siempre reprobaba o lo sacaban a cada rato del salón luego se convierte en un gran empresario? ¿por qué el que siempre sacaba 10 no es un ejecutivo destacado en una empresa global?

La respuesta está en entender que en nuestros días estudiar en la escuela no garantiza ser exitoso, de hecho es el aprendizaje y la aplicación de los conocimientos lo que te lleva a la cumbre.

La gran mayoría de las personas cuando terminan sus estudios académicos busca obtener un empleo, son muy pocos los que desde un principio tienen un proyecto en mente para consolidarlo. ¿Cuál de los dos caminos es el correcto? muy buena pregunta…

  • Emplearse: El entrar en una organización ya establecida puede darte muchos beneficios. Cuando te contratan por primera vez, la gente sabe que no sabes mucho más allá de lo que aprendiste en la escuela. Se busca talento, y buenos comportamientos que sirvan como una semilla de esperanza que el día de mañana pueda convertirse en un árbol fuerte y que de frutos. En esos tiempos tienes la oportunidad de conocer cómo es el mundo real, y al menos que robes o hagas algo indebido, los errores se esperan y de hecho se toleran. Este es un momento muy importante… Los riesgos los corre una organización formada con distintos niveles que se encargan de observar los peligros. Existen reglas, políticas y procedimientos, o incluso se tiene toda una cultura y sistemas de trabajo (especialmente en las empresas globales) que sirven como blindaje para muchos de los errores humanos más comunes. Sin duda tendrás un jefe, y ya sea bueno o malo, es una autoridad más como otras tantas que ya tuviste antes (tus padres, tutores y maestros) por lo que sigues inmerso en un ambiente bastante controlado. También tienes un ingreso mensual seguro y todo esto puede ser una gran plataforma para madurar y asimilar sobre lo que se debe hacer, y sobre lo que no debes hacer. En algunas ocasiones tienes acceso a interesantes viajes de trabajo que te permiten conocer otras culturas, visitar grandes lugares y convivir con gente que quizás por tu cuenta nunca hubieras conocido. Las empresas regularmente tienen prestaciones interesantes como un auto, una computadora, un celular, oficinas lindas, seguros de vida y gastos médicos mayores y hasta entrenamientos de clase mundial que otra vez, si los tuvieras que cubrir de tu bolsa quizás serían impagables. El contar con todo esto te permite capitalizarte, forjar un patrimonio, tener estabilidad financiera, lograr un tren de vida predecible… y eso es muy agradable.
  • Emprender: Este es un planeta tan distinto que incluso los que fueron muy exitosos en el mundo corporativo, acá pueden sobrevivir sólo unos cuantos meses. En este contexto no hay tantas reglas, ni políticas o burocracia que respetar; no hay horarios de 8:00 a 5:00 ó de 9:00 AM a 6:00 PM, y gracias a Dios no hay Jefes. ¿Suena maravilloso verdad?, el problema es que tampoco te puedes preocupar por sólo cubrir “tu chamba”, no tienes ningún ingreso seguro, el coche, la computadora y el celular te lo tendrás que comprar tú mismo y más vale estar listo para cubrir cualquier contingencia como servicios, fallas o robos del equipo. Ya ni hablar de los grandes viajes, las comidas de trabajo en buenos restaurantes o de la cobertura de seguros de vida o gastos médicos mayores, todo eso si lo quieres hay que pagarlo de tu bolsa. Por eso es que esta incertidumbre, y este aparente caos no es para todos. En realidad es bastante incómodo y hasta intoxicante en un principio. El espíritu emprendedor es lo único que te saca a flote. Aquí no trabajamos para una compañía, aquí construimos un sueño. En este planeta no desempeñamos un trabajo, aquí se trata de llevar a cabo un proyecto considerando las tres grandes áreas de un negocio y que son: la parte Comercial, las Operaciones y las Finanzas. Hay que vender, cobrar, comprar, entregar, facturar, checar bancos, volver a vender, volver a cobrar, pagarle a los proveedores, etc. ¿Entonces se necesita ser bueno en todo? La respuesta es NO, sólo tienes que conocer todo lo que se debe hacer y definir qué harás tú mismo, que hace un equipo que reclutes y con quien te apoyas externamente para seguir creciendo y acercándote a tu sueño. Un gran error es creer que sólo porque te gustan los autos y que eres bueno reparándolos es suficiente para abrir un taller mecánico y construir un negocio. Como no tienes Jefe, no te mandan a cursos y no tienes evaluaciones de desempeño en los que te den feedback para corregir tus errores. Tienes que conocerte bien para que explotes tus super-poderes y trabajes en las áreas de oportunidad tanto tuyas como del negocio. Por este camino, en el que tú controlas al 100% tu destino, puedes alcanzar ingresos nunca soñados en un empleo. Puedes gozar de una calidad de vida que grandes ejecutivos solo aspiran en sus mejores días de descanso, y si logras ser un buen líder mucha gente querrá ser parte de tu equipo y serán los mejores soldados para custodiar tu proyecto.

Entonces, ¿cuál de los dos caminos debo tomar? En lo personal la respuesta sólo depende de ti. Quizás puedas emplearte un tiempo para aprender más y juntar dinero para financiar tu proyecto, o tal vez las cosas se acomoden para crear desde un inicio una empresa donde el reto sea la auto-disciplina para aprender sobre la marcha lo que otros pudieron adquirir gracias a que se instalaron en una compañía que les inculcó muchas de las mejores prácticas que se cristalizaron bajo el liderazgo de un buen jefe, pero aun así, no dejes que el miedo o la incertidumbre oculte tu espíritu emprendedor. Es una gran alternativa en un mundo tan competitivo como el de hoy.

Después de lo que hemos comentado, si tu elección es emprender, entonces habrás tomado una de las decisiones más grandes y retadoras de  tu vida, porque tal y como dice Tony Robbins “Manejar un negocio propio es sólo para gladiadores”. Ya platicamos de los pros y contras de ambos mundos, pero en resumen estos son algunos de los mayores obstáculos a vencer:

  • Desmotivación y desánimo: La idea es maravillosa en un principio… libertad, sueño, un gran proyecto pero empezarán a correr las semanas, la cuenta del banco se vacía y las deudas con proveedores y tarjetas de crédito se incrementan, así que inyectarse pensamientos de ambición positiva y un licuado de estamina pura serán indispensables para seguir adelante. Roma no se hizo en un día, y es que los medios publican constantemente los super casos de éxito de algunos emprendedores que desde la sala de su casa montaron un emporio, pero casi nunca hablan de estos temas ocultos que son el lado obscuro de la luna…
  • Temperamento para manejar la adversidad: Mas te vale cambiar de piel y hacerte de cuero duro porque habrá mil y un pronósticos. Te va a llover, te vas a mojar, te va a dar frío, te va a dar calor, vas a sudar, vas a llorar, vas a reír o vas a sufrir… esa es tu decisión. Las adversidades estarán a la orden del día, pero como dice Nick Vujicic “No importa cómo, ni cuantas veces te caigas, sino cómo terminas después de levantarte una y otra vez”.
  • Capacidad para administrar el cambio: Cada día a lo largo del crecimiento del negocio habrá que hacer ajustes en el área comercial, en las operaciones, los clientes darán su punto de vista, el mercado se ajusta, las disposiciones fiscales, legales y administrativas su mueven, etc. La habilidad de camaleón que tengas para adaptarte al entorno será clave.
  • No sentirse menos: Si piensas que eres chiquito, que vas empezando y que nadie te conoce, entonces tus resultados serán chiquitos, tu visión será corta y tu mentalidad se irá encogiendo poco a poco. No te comportes como lo que eres hoy, sino como la empresa que deseas ser el día de mañana.

 

Finalmente… ¿cuál es tu decisión?

 

Rodrigo Calderón
Executive Coach
ebena, Soporte Empresarial, S.C.
ebena.mx
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